TAMAYAZO EN ARROYO DE LA ENCOMIENDA
Ya lo avanzamos aquí, en este blog, el pasado mes de Junio. Los campeones se van (de hecho, vuelven) al PP. Así nos lo ha contado el Norte de Castilla. Y muchos confiamos en que ésta por fin sea la puerta de salida definitiva.
Esto confirma una máxima que venimos manteniendo desde el principio: les importamos un bledo y que no tienen vergüenza alguna. Esa es la conclusión de lo que es un descarado caso de transfuguismo.
Fueron bien enseñados en este sentido por el padre de la criatura: no importa el color, lo importante es estar ahí, o jugar la mejor de las bazas para conseguirlo.
Y luego quieren que creamos en ellos, cuando ellos no creen en nada, solamente en su sillón. Pero ni por asomo se azoran y dan saltos de una partido político hacia otro y vuelta atrás, en absoluta deslealtad con sus votantes, con quienes confiaron en ellos. Votantes a los que quieren volver locos, pero que los van a acabar abandonando, por pésimos gestores y peores ideólogos.
Y nos venderán el mismo programa de siempre: bajada de impuestos, inversiones, empleo, crecimiento y todas esas chorradas que no se creen ni ellos mismos.
No nos vamos a entretener en ello más, es que no merece la pena, salvo que comentar que esto será el suicidio del PP en una localidad donde debería recolectar un buen número de votos (de hecho, los alcanzan en otro tipo de sufragios, como los autonómicos o los nacionales). Pero ellos sabrán, nos da lo mismo. Creerán que van a barrer o que viene bien recoger concejales para eso de la Diputación, pero se van a estrellar. Y no se entiende, dado que conocen perfectamente el percal de los colegas.
Esta maniobra es una excelente oportunidad para que caras nuevas conformen el equipo de gobierno municipal en un futuro próximo. El problema es quién o quiénes, porque lo que viene tiene una pinta que para qué. Pero eso es harina de otro costal, y confiemos en que aún tenga solución.
De momento, vamos sacando los pañuelos de despedida y olé.
Es hora de formular ideas, de crear, y no de destruir. En las próximas fechas este blog modestamente elevará algunas de ellas. Puede que nos equivoquemos, pero la intención es buena.
Esto confirma una máxima que venimos manteniendo desde el principio: les importamos un bledo y que no tienen vergüenza alguna. Esa es la conclusión de lo que es un descarado caso de transfuguismo.
Fueron bien enseñados en este sentido por el padre de la criatura: no importa el color, lo importante es estar ahí, o jugar la mejor de las bazas para conseguirlo.
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| BNG, PSOE, PIE, PP, IPAE Y LO QUE HAGA FALTA |
Y luego quieren que creamos en ellos, cuando ellos no creen en nada, solamente en su sillón. Pero ni por asomo se azoran y dan saltos de una partido político hacia otro y vuelta atrás, en absoluta deslealtad con sus votantes, con quienes confiaron en ellos. Votantes a los que quieren volver locos, pero que los van a acabar abandonando, por pésimos gestores y peores ideólogos.
Y nos venderán el mismo programa de siempre: bajada de impuestos, inversiones, empleo, crecimiento y todas esas chorradas que no se creen ni ellos mismos.
No nos vamos a entretener en ello más, es que no merece la pena, salvo que comentar que esto será el suicidio del PP en una localidad donde debería recolectar un buen número de votos (de hecho, los alcanzan en otro tipo de sufragios, como los autonómicos o los nacionales). Pero ellos sabrán, nos da lo mismo. Creerán que van a barrer o que viene bien recoger concejales para eso de la Diputación, pero se van a estrellar. Y no se entiende, dado que conocen perfectamente el percal de los colegas.
Esta maniobra es una excelente oportunidad para que caras nuevas conformen el equipo de gobierno municipal en un futuro próximo. El problema es quién o quiénes, porque lo que viene tiene una pinta que para qué. Pero eso es harina de otro costal, y confiemos en que aún tenga solución.
De momento, vamos sacando los pañuelos de despedida y olé.
Es hora de formular ideas, de crear, y no de destruir. En las próximas fechas este blog modestamente elevará algunas de ellas. Puede que nos equivoquemos, pero la intención es buena.
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